Crónica de una pandemia: Estudio internacional del Covid-19
¿Qué está pasando? Es una pregunta en apariencia simple, pero inmensamente compleja para ser respondida. Eso se debe al simple hecho de que, aunque el fenómeno sea el mismo en todo el mundo (la pandemia de covid-19). No se vive de la misma manera, ya no solo en cada rincón del mundo, sino incluso en el interior de cada uno de sus habitantes. No lo vive de la misma manera un habitante de la sierra norte de Puebla, en México, que un ciudadano de Berlín.
Ni siquiera lo viven igual dos personas que cohabitan la misma casa en Tokio. Y con énfasis en el verbo vivir, pues los contagios, los decesos y las medidas oficiales tienen efectos en cada uno de nuestros suspiros hoy por hoy. Las preguntas que nos hacemos en este momento, tanto los ciudadanos de a pie, como los encargados de las políticas públicas, se relacionan con el presente y el futuro inmediato. ¿Qué estamos haciendo y qué debemos hacer para prevenir lamentos?
Pero, a su vez, comienzan a surgir cuestionamientos sobre el pasado reciente: ¿Qué hemos hecho? Lo preguntamos para analizar cuestiones particulares. Como los motivos por los que ciertas medidas han dado mejores o peores resultados en determinados territorios. Pero muy pronto, quizá como mañana, la pregunta puede pasar a un pretérito simple: ¿Qué hicimos?, ¿Qué sucedió? Y entonces giraremos atrás y encontraremos los vestigios del pasado.
Habremos de aprehenderlos y con ellos podremos reconstruir la historia de lo que vivimos. De las lágrimas y las sonrisas, de lo que fuimos capaces, de las batallas conquistadas y las derrotas. De aquellos a los que perdimos.
¿Dónde, sin embargo, encontraremos esas piezas que nos permitan armar el rompecabezas y entender lo sucedido? Las manifestaciones del actuar humano se erosionan y a veces se pierden sin dejar rastro antes de que podamos darnos cuenta. Lo que hoy sabemos se va diluyendo en nuestra propia memoria.
Preservar la información
Por eso es indispensable crear un gran archivo que resguarde toda fuente que nos hable acerca de este fenómeno que enfrentamos. Un gran archivo que contenga los datos: tasa de contagios, estadísticas regionales, medidas oficiales adoptadas por cada gobierno…
Pero la historia, claro, es mucho más que lo que puede reflejar una cifra o cualquier palabra. Es también una fotografía que exhibe cuán solas están las calles. Un video que presenta cientos de personas rindiendo homenaje al personal sanitario. O los carteles que muestran que el arte siguió en pie.
La historia es aún más. Lo que cada individuo en este planeta vive y cuenta. El testimonio que ofrece al narrar sus experiencias. Los momentos en los que no pudo más y las razones que encontró para seguir adelante.
Eso es lo que hacemos en Crónica de una pandemia. Somos un equipo de humanistas alrededor del mundo que se han propuesto crear ese gran archivo que dé cuenta del desarrollo de la pandemia de covid-19. Día a día, revisamos la prensa para consignar la información más importante. Registramos avenidas, calles e internet en busca de testimonios que aporten información sobre la situación.
Oímos todas las voces que quieren contar su historia. Desde los pilotos que dan la vuelta al mundo para volver a su país con insumos médicos. Pasando por las personas mayores de edad que se quedaron solas. Hasta los niños que extrañan a sus amigos de la escuela.
Quién está detrás del proyecto
Nuestro equipo está conformado por historiadores, historiadores del arte, lingüistas, internacionalistas, periodistas, abogados, escritores, médicos y otros profesionales que comparten la visión humanista que caracteriza este proyecto.
Realizamos el estudio más minucioso de 10 países alrededor del mundo. China, Japón, Italia, Alemania, Francia, España, Estados Unidos, México, Colombia y Argentina. Así como una crónica que registra los avances más importantes en la investigación médica. Para todos nosotros, como lo ha sido para el mundo entero, se trata de un proyecto inédito. Uno que ha exigido un trabajo intenso y la apertura a nuevos aprendizajes, la adaptabilidad y la necesidad de proponer cada vez más y mejores formas de trabajo.
Desde ahora mismo, este trabajo de investigación nos abre los ojos ante el cúmulo de realidades que se dan en el mundo. Mariana Rumualdo Flores, nuestra cronista encargada de EUA, comparte al respecto: “He podido ver la pandemia no sólo desde mi perspectiva y lo que ocurre en mi país, sino también a través de los ojos de otros que viven una realidad muy distinta a la mía y en cuyos países todavía quedan heridas abiertas de la enfermedad que tomó al mundo por sorpresa.”
Día a día nos acercamos a nuevas personas para preguntarles por sus experiencias. Quienes abren las puertas a su intimidad nos permiten conocer reflexiones y sentimientos. También anécdotas que quizá nadie creería si las leyéramos en una novela. Ningún testimonio es pequeño, ninguna experiencia es desestimable. Cada una de ellas conforma el coro de voces que cuentan cómo se vive la pandemia.
“Uno de los testimonios que más me ha impactado”, dice Pamela Terrones, cronista de Colombia, “fue el de una mujer embarazada infectada de covid que cayó en coma; pero, a pesar de ello, dio a luz a un niño que nació libre de infección. Los médicos no podían explicarse lo ocurrido. Lo consideraban un milagro y un logro para ellos.”
Por qué hacerlo así
Este acercamiento directo con individuos, evitando los filtros de los medios de comunicación, permite siempre percatarse de la gravedad de situaciones apenas sospechadas: “En la crónica de China”, comenta Éleonor G. Roldán, “el mayor reto ha sido sin duda tratar de recabar testimonios. Es sorprendente encontrarse con la dificultad que los habitantes chinos, censurados por el gobierno, tienen para comunicarse con el exterior. Esto me parecía imposible en pleno siglo XXI.”
Asimismo, tan importante como saber qué medidas oficiales dicta cada país, es conocer el estatus de las investigaciones científicas. “La OMS recopila la base de datos más extensa de artículos científicos publicados referentes a la pandemia covid-19, a la que diariamente se agregan decenas o cientos de artículos nuevos”, explica Javier Mancilla Galindo, quien trabaja nuestra crónica de la investigación científica.
“Revisar cada uno sería una tarea titánica para cualquiera, por lo que mi labor consiste en revisar a detalle únicamente aquellos artículos que plantean aspectos de gran relevancia o amplia aplicabilidad, que constituyen hitos en la investigación científica”, prosigue. Y así llevamos también el pulso de los hallazgos médicos en los hospitales y los laboratorios: mejores tratamientos, nuevas vacunas, etc.
Gradualmente, vamos sacando nuestras propias conclusiones. Todo desde una perspectiva humanística y desde el enfoque que permite un estudio paciente a partir de la mayor diversidad de fuentes posible. “Creo que algún día revisaremos todo lo ocurrido y constataremos la cantidad de vidas que se ha cobrado la falta de transparencia, comunicación y colaboración. Dentro de cada país y entre todos ellos”, opina Belén Zuazúa de Loresecha, responsable de la crónica de España.
Cómo coordinar la investigación sobre la pandemia
El conjunto de las tareas que realizamos exige poner en práctica lo aprendido a lo largo de años, así como trabajo diario, dedicación y un triple compromiso. Con la sociedad, con la historia y con todos aquellos que desafortunadamente no tuvieron oportunidad de contar su historia.
Junto con cada uno de los investigadores que forman este vasto equipo, los dos historiadores que lo coordinamos (Daniel Ramírez y quien escribe estas líneas) sabemos que quizá tan pronto como mañana este esfuerzo rendirá su principal fruto. Permitir que comprendamos nuestra naturaleza en tanto humanidad. Pues, como diría R. G. Collingwood, el valor de la historia “consiste en que nos enseña lo que el ser humano ha hecho; en ese sentido, lo que es el ser humano.”
Las filas de nuestro equipo se ensanchan semana tras semana y mantienen las puertas siempre abiertas para más humanistas que deseen colaborar. El proyecto, además, recibe permanentemente aportaciones de toda persona que haya registrado algo de esta situación. O que haya producido algo a raíz de ella, desde estudios, hasta obras de arte.
Finalmente, los micrófonos están listos para todo aquel que quiera aportar su testimonio a la historia. Estamos a un mensaje a través del correo cronicadeunapandemia@gmail.com o a unos cuantos clics en Facebook. Al igual que en Instagram. Cerca, más cerca que nunca.
Imagen de portada: Branimir Balogović
Edición: Romina Morales