Machangos – Las personas trans no son humanos de 3ª
Hay debates que no tienen cabida. Ni el de si los negros tienen alma. O si Tierra es plana. Tampoco el esclavismo. Como no lo es el de si las personas trans existen y son seres humanos válidos. Porque los Derechos Humanos son algo inapelable. No acepto disertación, como no acepto que alguien opine que la fórmula del agua es NH3.
Tanto machango no es normal. Ni tampoco tanto debate ficticio cerradísimo que se pretende abrir por beligerancia gratuita. No me creo que sigamos con esta mierda. Es frustrante e idiota a partes iguales.
Me niego a volver a explicar que la diferencia entre un hombre y una mujer radica en su cerebro. Y que eso de asimilar el sexo con los genitales es una construcción social. Un convencionalismo de construcción a medida basado en una coyuntura fisiológica correlativa, que no consustancial. Se acordó que esa parte corporal radicaba la diferencia, al igual que se podría haber hecho con otra cualquiera como la altura, el color de ojos o de piel.
No me voy a meter más a volver a decir que en varios estudios (de Louis Goren, sin ir más lejos) se ha examinado una región del cerebro llamada núcleo del lecho de la estría terminal (BSTc en inglés); esta región es el doble de grande y de densa en hombres que, en mujeres, por lo que sirve para distinguir el cerebro de un hombre del de una mujer. Que se descubrió que la BSTc de las mujeres trans era semejante a la de las mujeres cis (igual que la de estas entre sí).
Mientras que la de los hombres transexuales lo era a la de los hombres cisgénero. Al igual que estas diferencias se mantenían independientemente de que los participantes trans del estudio tomaran o hubieran tomado hormonas del sexo opuesto al asignado al nacer.
Tampoco que este descubrimiento se ha confirmado en otros estudios con otras regiones del cerebro. Como en el núcleo sexualmente dimórfico, en variaciones regionales de materia gris y en la microestructura de la materia blanca. Ya se ha desarrollado en más de una ocasión. No voy a reiterar todo esto parece apuntar a que las personas trans tan solo sufren de un problema cromosómico que les hace desarrollar X o Y, cuando en su caso debería ser a la inversa. Con todas las complicaciones que de eso subyace.
“Las personas Trans nos borran”. Vete a la mierda
“¡Qué nos borran, ¡qué nos borran!” se escucha decir estos días. Sí, una chavala trans, más oprimida que tú, es el foco principal de tu situación. La goma nata de milán.
La patronal, tu jefe el baboso o un señor que decide deslocalizar la producción, precarizando tu situación, se tercia del todo secundario. Ergo, la puta, la obrera, la mal mirada y la periférica. Esa es tu enemiga. Enfocando hacia abajo y reproduciendo el patrón recurrente de la opresión al modo de: “Dejar de ser oprimida oprimiendo más. Pasando el foco, saltando escalafón de la misma estructura” ¿Eso es feminismo? JAMÁS.
Dejad a la peña en paz, coño. La gente tiene derecho a ser feliz y hacer su vida. Menuda inquina desaforada por poner la zancadilla a la de al lado.
No hay más. No se pueden negar los derechos fundamentales. Del mismo modo que no se puede aceptar un feminismo con mujeres de 1ª, 2ª y hasta 3ª. La segregación nos hace más débiles contra el verdadero objetivo.
“Se desvirtúa la violencia contra las mujeres, las estadísticas se falsean y nadie piensa en mi Charizard a caballo…“
Ni los jueces son gilipollas, ni se chupan el dedo. Nadie se va a librar diciendo, de repente, que es mujer. La coyuntura no se compone así. Los hombres de paja ad hoc son un insulto a la inteligencia.
No colaría. No funciona de esta manera. Bajad al mundo real. Porque se está empleando un problema elucubrado, como el hecho de no vender tenedores porque alguien pueda salir a la calle a clavártelos.
Continuamos, las encuestas no se van a falsear. Ni los estudios perder rigor. Estúpido sería pensar que alguien va a hacer algo así para deslegitimar estos trabajos. Primero porque, directamente, le importan nada y menos a la mayoría de la sociedad. Nadie se va a tomar esas molestias. Segundo porque los investigadores no son gilipollas. Saben hacer una muestra.
Los mismos derechos
Una inexistencia de personas por encima de otras, ligadas a construcciones sociales beligerantemente opresivas. Lo que se pretende es evitar discriminación, violencia y muertes en vida. La lucha por la lucha, por ser la más guay o la reina del patio, es vacua. La meta es lograr la igualdad y para eso necesitamos a todas las mujeres juntas. A las guapas, a las feas, a las altas, a las bajas, a las que tengan polla o coño, a las de campo y ciudad.
No más pueblo de 1ª, 2ª y 3ª. Desechemos la reproducción de una rueda recurrentemente opresiva. Se acabó cambiar peones en el tablero unos por otros. Tirémoslo al suelo. La periferia triunfa junta, o fracasa fragmentada.
Imagen de portada: Laëtitia Buscaylet