Patty Cavallone: “Dejad de tocarnos los huevos a las mujeres”
No es la última ganadora de Gran Hermano, ni pesa sobre ella una acusación de sedición que la haya catapultado a la fama. Tampoco vende millones de álbumes ni llena estadios. Sin embargo, hace unas semanas Patty Cavallone -como quiere ser denominada- una estudiante de Anatomía Patológica en la Universidad Francisco de Vitoria de tan solo 21 años, revolucionó las redes sociales mediante una emotiva carta en donde confesaba, sin tapujos, su alopecia. No, no tiene cabello.
La alopecia femenina, una realidad invisible, un secreto a voces escondido entre las finas ligas del corsé que es el canon de belleza. Esto vale, esto no, esto está aceptado, sienta usted vergüenza gratuita por esto otro, la aptitud se paga a golpe de obediencia ciega.
Cuando vemos a una persona rara, ya no diferente, rara, sentimos el automático impulso de mirar, preguntarnos, lanzar juicios tan repentinos como elucubrados. Y nos olvidamos de eso, de lo más importante, que detrás de toda esa convención, y sobre todo de esa desconvención tan impía que nos impide seguir con nuestra vida, hay una persona con su dignidad, su valía, con su historia.
Patty pertenece a ese difuso grupo de personas normales que no salen engalanando las portadas de según qué tabloides para ocio y disfrute del periodismo de pan y circo, mas tiene un testimonio con nombre y apellidos. Una causa propia por la que luchar cada día. Patty pertenece a ese difuso grupo de personas que convierten lo ordinario en algo extraordinario. Los únicos relatos que merecen ser contados porque son verbo, no el sustantivo de un subproducto comunicativo de usar y tirar.
Entrevistadora: Cuentas recientemente tu situación en las redes sociales, ¿Por qué ahora?
Respuesta: Porque ahora es cuando me he visto preparada. En verano ha sido cuando me he tatuado la cabeza, antes de tatuarme no me sentía segura de mí misma porque verme bombilla total… era mucho impacto para mí. Y esto solo lo veía la gente cercana a mí, es decir, ese estado antes de tatuarme, porque no me sentía segura de que me vieran así.
¿Qué has sentido al hacerlo?
Mucha liberación, muchísima. El hecho de subir fotos (antes de contarlo) sin pestañas, sin cejas… y pensar: “se va a dar cuenta la gente”, “me van a decir algo”. Porque claro, yo no contaba absolutamente nada. Y me sentía… no como si estuviera ocultando cosas, pero no me sentía a gusto del todo conmigo misma.
El hecho de contarlo ha sido muy liberador, porque también había gente que en algún momento me amenazaba con subir fotos o contarlo y eso me presionaba. Yo no tengo la culpa de estar enferma y no considero que sea un insulto, así que no quería que esa arma la tuviera gente así.
Había gente que en algún momento me amenazaba con subir fotos o contarlo, así que no quería que esa arma la tuviera gente así.
¿Dirías entonces que has “explotado” de alguna manera queriendo hacerlo visible lo máximo que puedas?
No, explotado no, lo he hecho todo muy riguroso, en el sentido de contarlo cuando yo me he visto preparada, he tenido la confianza y algún apoyo que yo considerara muy importante como son mis amigos, que me han apoyado muchísimo. Así que diría que he explotado más al ver todo el apoyo que recibía. Ahí sí que vi que había hecho lo correcto.
¿No temes que pueda ser algo contraproducente? En el sentido de que se te encliche por una única característica, como es tu falta de pelo.
Ya lo dije en el texto que subí (̶s̶i̶ ̶t̶e̶ ̶v̶a̶s̶ ̶a̶ ̶l̶e̶e̶r̶l̶o̶,̶ ̶v̶u̶e̶l̶v̶e̶, ̶q̶u̶e̶ ̶l̶a̶ ̶e̶n̶t̶r̶e̶v̶i̶s̶t̶a̶ ̶e̶s̶ ̶i̶n̶t̶e̶r̶e̶s̶a̶n̶t̶e̶)̶ que no quería ni que me tuvieran de pobrecita, ni que me fetichizaran.
Porque esa es otra parte, que una mujer sin nada de pelo también puede ser un fetiche y esto era lo último que quería. Yo lo que quería al compartirlo era decir: “mira, soy normal y tengo esto. Ya está” y que se perciba como algo tan corriente como cualquier otra cosa.
Háblanos un poco de tu enfermedad, ¿Desde cuándo la padeces?
Con nueve años, en la comunión, empecé a tener una pequeña calva en el lado izquierdo de la cabeza y mi madre me llevó a varios dermatólogos y especialistas, que me dieron cremas de cortisona para la zona y también cortisona en pastillas.
Con este tratamiento se me fue a los dos años, pero con doce o así me volvió y he estado desde los doce años hasta los dieciocho medicándome con cortisona, con inmunosupresores… he estado probando de todo básicamente, pero a los 18 decidí dejar de medicarme porque pasé de areata (una única zona) a universal, que significa que se me cayó todo el pelo. Vamos, que se me estaban cayendo las cejas, las pestañas, el vello, todo.
Entrevistadora: ¿Pero por culpa de la medicación?
No, por mi enfermedad. La medicación simplemente no podía pararla, la cortisona lo que hacía era ralentizar ese proceso, pero ya no había vuelta atrás. Además de que es un medicamento que se acumula en el cuerpo y tarda bastante en expulsarse, así que decidí dejar de tomarla.
Si a eso le sumamos que la enfermedad de universal estaba pasando a lupus y si me atacaba el riñón a la vez que a la cortisona, era contraproducente. Decidí parar de tomarlo y desde los dieciocho hasta los veintiuno que tengo ahora no he estado tomando nada.
Entonces, sobre tu enfermedad, ¿Se tiene constancia de lo que es, o de dónde viene?
A ver, es difícil porque es autoinmune y este tipo de enfermedades son difíciles de diagnosticar, ya que básicamente tu sistema inmunológico te ataca a ti y en este momento mi sistema inmunológico está atacando a mi pelo y en cualquier momento podría atacar a un órgano y prefiero mil veces que se centre en algo que no deja de ser parte del físico, como es mi pelo a que me ataque a cualquier órgano y acabe peor.
Yo no tengo la culpa de estar enferma y no considero que sea un insulto
Luchas cada día a pesar de no saber ni siquiera contra qué, ¿Cómo te motivas a ello?
Mi madre es el mayor apoyo que tengo, la verdad. Como madre ella se siente muy culpable -aunque no tenga la culpa de absolutamente nada- por el hecho de no poder darme una respuesta. Ha hecho de todo: llevarme a los médicos, darme opciones de medicaciones… Sé que es duro porque yo la he visto bastante más derrotada que a mí:
Cuando se me caía el pelo en la ducha, cuando me tuve que rapar porque no soportaba ver como se me caía en la cama… Ese paso de raparme a ella le dolió muchísimo, porque tener que verme así era ya como el final.
¿La alopecia es realmente la parte más dura?
Hombre, llevo desde los nueve con ello. Lo más duro, sobre todo, era antes
Es que me restringía de muchas cosas, como por ejemplo el ir a una piscina, salir a hacer deporte… Además, como me tenía que pintar las cejas con el sudor o el agua se me borraban enseguida. Era más el “qué dirán” que realmente lo que luego decía la gente de verdad.
¿Hay algo que el resto de la población pueda hacer sin ninguna dificultad y que para ti suponga un problema?
Ahora que tengo tatuada la cabeza y me maquillo bien las cejas y lo tengo todo de tal manera que me siento segura de mí misma, yo diría que no.
Lo que si hecho muchísimo de menos, que lo digo todos los días, es el sentir el hacerme una coleta, una trenza… Porque con la peluca te lo puedes hacer, pero no es lo mismo, no lo sientes igual. También en la ducha al no tener cejas se me cae toda el agua a los ojos y es un incordio, con el viento también lo paso mal y tengo que ir todo el rato con gafas, pero vamos, que es una dificultad que puede tener cualquier persona con pocas pestañas o pocas cejas.
¿El hecho de no tener pelo te afecta más por cómo te percibes a ti misma o por cómo te ven los demás?
Por cómo me percibo yo. El aceptarme a mí misma me costó muchísimo a la edad que nos pasa a todas, sobre los dieciséis años. Es una etapa de las chicas en la que nos intentamos aceptar que es durísima y claro, si ya es un paso duro imagínate aceptarte y luego verte dos años después muchísimo más cambiada, no reconocerte en el espejo, no saber qué hacer para verte como antes otra vez.
Tienes que volver a aceptarte desde cero y claro, enferma, porque además quieras que no estás enferma. Creo que todo esto ha sido la mayor complicación que he vivido, el cómo me veo yo. La sociedad al fin y al cabo creo que no quiere ir a hacer daño, sino que tiene un gran desconocimiento, pero una vez que lo dices la gente lo entiende y le da un poco igual. Pero al final tú eres tu propia enemiga.
Entrevistadora: Entonces crees que la sociedad hace daño por ignorancia.
Hay gente que tiene malicia, porque lo he comprobado. Gente que me ha amenazado con decirlo porque sabían que era una debilidad mía. Porque cuando tú misma lo tienes como debilidad la gente aprovecha para utilizarlo como arma, pero cuando lo usas de escudo la gente ya no te va a atacar más. Luego, esa maldad la tiene alguna gente, realmente, en general, se trata de ignorancia.
Imagínate aceptarte (en la pubertad) y luego verte dos años después muchísimo más cambiada, no reconocerte en el espejo
Hoy por hoy, ¿Qué ves cuando te miras al espejo?
Uf, un túnel (se ríe). Porque claro, he pasado a tener la cabeza llena de puntos, las cejas tatuadas… Y hacía mucho que no me veía así. Y hasta que he dicho: “me voy a dar otra oportunidad” he sufrido mucho y he hecho muchos cambios.
Yo espero algún día poder verme como estaba antes, pero si tarda veinte años, estar viéndome esos veinte años así tampoco me molesta.
Entrevistadora: Claro, llega un punto en el que de alguna manera lo normalizas…
Sí, lo tengo muy normalizado y hago bromas conmigo misma y bueno, me tolero bastante ya. Me ha costado mucho, pero he tenido mucho apoyo también.
Llega un momento en que puedes bromear, y ya no solo contigo misma sino con la gente. Y la gente se ríe, pero no se ríe de ti sino del momento. Por ejemplo, con mis compañeras de clase alguna vez me ha ocurrido que se me ha borrado el eyeliner y les pido maquillaje y lo primero que me ofrecen es un rimmel y yo me quedo un poco como… bueno y qué ¿me las pinto? – porque no tengo pestañas-.
Yo espero algún día poder verme como estaba antes, pero si tarda veinte años, estar viéndome esos veinte años así tampoco me molesta.
Todas esas personas que se te quedan mirando, o se mofan directamente ¿Qué opinión te merecen?
Que se me queden mirando sí que he notado más, pero cada vez menos quizá por el hecho de que cada vez más chicas se rapan hoy en día. El hecho de que ahora mismo exista la mujer rapada y que se siga percibiendo como una mujer atractiva ha ayudado muchísimo, porque, en fin, yo me veo así.
Lo que yo llevo simula al pelo muy bien, pero cuando te acercas es cuando se nota que no lo es. Todas esas chicas me han ayudado mucho, no solo ahora, sino también a decir: “lo mismo rapada me veo mejor” cuando tuve que dar ese paso. ¿Qué se me quedan mirando? Claro, pero también supongo que pasa con cualquier chica con el pelo de colores o esas mismas chicas rapadas…
Creo que se tiene ese mismo tipo de mirada, no creo que lo asocien a una enfermedad o a que estoy calva, que es lo que estoy. Aun así, salgo a la calle con peluca normalmente.
Entrevistadora: ¿No sales algún día sin ella?
Algún día sí he salido, pero aún me cuesta mucho. Se trata de una cuestión de comodidad más bien, aunque es más seguridad que comodidad, porque por comodidad estaría más cómoda sin la peluca, pero la seguridad que me da es bastante mayor.
¿Cuán bien tiene asimilado la sociedad que una mujer no tenga pelo?
Los cánones poco a poco irán cambiando creo yo, porque aún cuesta. Pero sí, yo creo que poco a poco con la actualidad que tenemos de Instagram y estas chicas tan modernas que se hacen cosas en el pelo o que salen con pelucas, extensiones… Yo creo que hacen ver que hay más de una posibilidad, que es llevar el pelo corto, largo, liso, rizado. Creo que están ampliando un poco más y eso es lo que me está ayudando a integrarme de otra manera, a mí manera.
Entrevistadora: ¿Porque se hace más frecuente el hecho de ver a chicas de esta manera, o porque realmente las constricciones sociales que hay detrás se disipan?
No estoy segura, no he podido experimentarlo tanto. Creo que por fin se está rompiendo el tabú, por ejemplo, antes una chica de pelo corto siempre se asociaba a una marimacho, alguien que no se cuida… y quieras que no hay gente que sigue teniendo esa idea, pues imagínate alguien que ya no es pelo corto, sino que está rapada. Pues ya tienes la idea de que eso solo lo hacen los hombres.
Pero creo que es eso, que estamos rompiendo con que la belleza es algo que nos han impuesto y ya está. Hoy se puede ver belleza en muchísimas otras cosas. Y claro, tú como mujer me entenderás que los cánones están ahí, pero te los puedes saltar y yo me siento tan válida cómo si los estuviera siguiendo. Y luego tengo ese respaldo de que se están rompiendo gracias a las chicas. El verlas a ellas tan seguras y experimentando con ellas mismas, con algo tan normal como su pelo pues me ayuda un montón.
los cánones están ahí, pero te los puedes saltar y yo me siento tan válida cómo si los estuviera siguiendo
¿Cómo te pueden llegar a afectar anímicamente las situaciones socialmente desagradables?
Antes era un golpe muy duro, aunque ya te digo que mi madre estaba más destruida que yo y en general no era un ambiente muy bueno, me costaba muchísimo la verdad.
Pero acabas viendo que es solo pelo y que solo te afecta al físico y que te puedes sentir guapa de ochocientas mil maneras distintas y como ya te he dicho, prefería que me afectara solo a la apariencia física antes que a los riñones o que luego el hígado no depurase bien por culpa de la mediación. Porque claro, yo seguía las instrucciones del médico, pero siempre te daban las precauciones correspondientes de que podías empeorar, de que con los inmunosupresores no podía estar demasiado al sol, etc.
Era muy peligroso y decidí dejar la medicación, ya que estaba en una cuenta atrás para quedarme así. Que lo prefiero a que de aquí a cinco años tenga una diálisis o necesite un trasplante.
Prefería que me afectara solo a la apariencia física antes que el hígado no depurase bien por culpa de la mediación
¿Por qué la ciudadanía es tan irrespetuosa? Antes me comentabas la ignorancia, pero ¿realmente crees que hay algo más detrás o simplemente desconocimiento?
Yo te hablo desde mi experiencia. En mi experiencia muchas veces cuando ha venido la gente, por ejemplo, alguna chica a decirme que se me había borrado la ceja y a preguntarme que por qué no tenía o si me las depilaba, creo que se ha hecho siempre desde el desconocimiento porque no había ninguna maldad. Había otra amiga que me dijo que si estaba enferma de cáncer y por eso llevaba peluca.
También entiendo que normalmente las chicas que la llevan serán las enfermas de cáncer porque es lo más amplio que puedes encontrarte, pero hay otras enfermedades. Y no es que me siente mal, pero es desconocimiento puro el asociar lleva peluca pues tendrá cáncer.
Entrevistadora: El cliché.
Sí, exactamente. La alopecia se relaciona también muchísimo con los hombres y, en absoluto. Dónde estuve tratándome hasta los dieciocho años había muchísimas mujeres como yo y niñas. Creo que ese tabú se tiene que romper ya por el daño que se hace porque es una tortura el verlas así. El que una chica no tenga el pelo largo y sedoso se convierte en un requisito que ellas no pueden cumplir. Para las mujeres debería dejar de ser una tragedia no tener pelo.
¿Tienes que hacer algo a disgusto solo por pasar más desapercibida?
Sí. Yo no me maquillaba nunca y ahora he tenido que aprender a hacerme las cejas, el eyeliner… En definitiva, aprender a hacer muchísimas cosas que si tuviera el pelo no lo haría. Aprender a alisar la peluca, a lavarla, a entender de pelucas en general. Cosas que en otras circunstancias no tendría por qué saber.
¿Crees que de alguna manera tu enfermedad te ha hecho mejor persona al ver las cosas con más perspectiva?
No (se ríe). Es que me sonaría muy egoísta, en verdad no. He sido siempre muy abierta de mente porque como ya te decía yo llevo así desde los nueve años. O sea, llevo más años enferma que no estando enferma. Igual sí me ha hecho mejor persona, pero no de golpe, sino que ha forjado mi personalidad desde que yo era pequeña. Aunque he de decir que yo al principio lo veía como algo muy malo, lo negaba muchísimo que se me cayera el pelo y me hacía peinados para que no se notara. Incluso había veces que en la ducha no me peinaba para que no se me cayera.
Otra perspectiva me ha dado seguro. Yo por mi propia situación, por haber estado con más mujeres así, en mi familia, de este círculo que tiene lo mismo que yo, la universal, que realmente es más dura porque no solo pierdes el pelo, que puedes arreglarlo con una peluca, sino que pierdes el vello. Eso me ha hecho ver cosas que otra gente normal sin ese círculo no vería.
Entrevistadora: Eres más tolerante entonces, ya no solo hacia gente en una situación similar, sino en general hacia lo diferente.
Puede ser que sí.
Un mensaje para tu yo de hace años, o para todas esas niñas que me comentabas que podrían estar en una situación similar a la tuya
A mi yo de hace unos años que aguante como una campeona, que no se venga abajo, que dentro de nada va a sentirse bien, que va a costarle muchísimo mirarse al espejo, que no se va a reconocer, que va a intentar mirar de ochocientas maneras diferentes para intentar sentirse mejor pero que no desespere porque ese día llegará.
Y a las niñas que están sufriendo lo mismo o van de camino o incluso que van a someterse a una quimio y su mayor miedo es perder el pelo, de verdad no os preocupéis, sois vosotras, os vais a reconocer y vais a tener muchísimo apoyo, no vais a dejar de estar increíbles y si necesitáis cualquier cosa siempre voy a estar ahí, no solo yo, nosotras en conjunto estaremos ahí.
A las niñas que van a someterse a una quimio y su mayor miedo es perder el pelo: No vais a dejar de estar increíbles
¿Hay algún tipo de asociación o de institución a la que puedas recurrir?
Yo es que lo hacía a través de mi médico. He estado en muchos dermatólogos y coincidía que siempre nos llamaban a todas las que teníamos un problema similar casi a la vez para vernos y ver el progreso. Asociación como tal no estoy en ninguna, pero el vernos allí en las salas de espera y el no saber que nos van a decir, si alguna “se salva”, era duro. Y las caras de las madres eran siempre las mismas, de desesperación y las nuestras de ansia por saber alguna respuesta.
Estoy ahora viendo una web que se llama Mechones Solidarios que se centra sobre todo en mujeres con cáncer, pero me han dicho que tengo también las puertas abiertas, así que supongo que en general cualquier persona con alopecia tiene las puertas abiertas. La gente dona su pelo y ellos te hacen pelucas gratis. Me parece maravilloso no solo por la peluca sino por el poder contactar con quien te está donando. Porque yo lo necesito, necesito el pelo y no lo tengo y hay gente por ahí que tiene la habilidad de que le crezca rapidísimo o lo tiene súper sano y parece una tontería porque nos cortamos el pelo en la peluquería cada tres meses o así y se tira el pelo y ya está y hay gente que de verdad lo necesita. Por ejemplo, a mí ahora mismo me encantaría que me dieran una solución para algo tan normal como las cejas. En fin, que al final vas a tener apoyo, de eso estoy segura y tu mayor enemiga vas a ser tú misma.
Dejad de tocarnos los huevos a las mujeres, por favor. Somos válidas absolutamente todas
Por último, una reclamación a la sociedad, ¿Qué le dirías?
Dejad de tocarnos los huevos a las mujeres, por favor. Somos válidas absolutamente todas y muchas veces nos jode más pensar en el qué dirán que lo que realmente se dice, porque la gente mayoritariamente pasa, menos la gente que va a hacer daño, pero el ir pensando: “la sociedad es una mierda, me van a fundir” es lo que más te tortura. El decir “no me van a aceptar”, conocer a alguien nuevo y andar pensando “espero que no me diga ninguna burrada”, por ejemplo, te presentan a alguien y dices voy a contarle mi problema porque, yo que sé, estoy en mi casa y me apetece quitarme la peluca y por dentro estar pensando “dios mío que no me diga nada”, “que no ponga los ojos como platos”. Es una presión que nos infundimos nosotras, que luego a la hora de la verdad no he tenido ningún gran problema jamás.